En el valle de Copiapó, en pleno desierto de Atacama, una empresa chilena exportadora de fruta (
subsole) usará la energía del sol para extraer agua desde napas subterráneas y regar casi 300 hectáreas plantadas con uva de mesa.
Se trata de la primera planta fotovoltaica en Chile dedicada al desarrollo de la agricultura. El proyecto, actualmente único en su tipo, no solo permite cultivar fruta de exportación en el desierto más árido del mundo, sino también generar energía con una huella de carbono igual a cero.
Según José Miguel Fernández, gerente general de Subsole, una de las cinco mayores exportadoras de fruta del país y pionera con este proyecto, “la idea es que la producción de productos frescos tenga un cuidado con el medio ambiente, esté libre de emisiones y sea amigable”.
“Los costos de energía se han disparado en los últimos años por lo que nosotros, al crear esta planta fotovoltaica, estamos optando por un seguro para eventuales alzas de precios, que es lo más probable que ocurra en los próximos años”, comenta Fernández.
Con una inversión total que se aproxima a los US$ 3 millones, los paneles solares cubren una hectárea y se ubican en el predio Agrícola don Alfonso Ltda., en la localidad de Hornitos, a 800 km. al norte de Santiago.
El lugar, que es propiedad de Subsole y que está en plena cosecha, cuenta con una superficie de 289 hectáreas, de las cuales 265 están destinadas a la producción de uva de mesa temprana para exportar a los cinco continentes.
En una primera etapa, los paneles fotovoltaicos serán capaces de generar 300 Kw. Al sumar dos etapas siguientes, la capacidad generadora podrá llegar hasta 1 Mw, energía suficiente como para abastecer a 600 hogares. Este nivel de generación de electricidad es tan alto, que la exportadora podrá vender excedentes a productores de fruta vecinos o a mineras cercanas.
El proyecto es parte de los planes de expansión de Subsole, que proyecta embarcar cerca de 7 millones de cajas de uva de mesa esta temporada a los mercados internacionales. La inversión le permitirá a la empresa aumentar significativamente su producción en el valle de Copiapó durante los próximos cuatro años.
“El parque fotovoltaico de Copiapó genera un precedente para la agricultura nacional y mundial, y para el desarrollo de energías limpias y renovables en el sector productivo de Chile. Demuestra que es posible recurrir a energías con cero emisiones de C02 para producir fruta de calidad. Al mismo tiempo, esta planta nos permite asegurar costos estables de energía y una mayor eficiencia”, dice Miguel Allamand, presidente y socio fundador de Subsole.
El proyecto es replicable en otras zonas del país con alta radiación solar y en cualquier tipo de industria agrícola y productiva. Permite además adecuarse a los estándares en los mercados internacionales de destino, cada vez más exigentes en materia de cuidado del medioambiente y producción sustentable.
La construcción del parque solar contó con la asesoría de la Fundación Chile y el apoyo financiero del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
La empresa alemana
Kraftwerk Renewables Power Solutions y su filial en Chile desarrollaron y construyeron la planta tras un estudio de prefactibilidad para implementar tecnología solar, mejorar métodos de riego y almacenamiento de agua.
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